

R. EMERJ, Rio de Janeiro, v. 19,n. 76, p. 17 - 29, out. - dez. 2016
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por la construcción de grandes sedes deportivas, o la reciente minoración
de la edad penal). La institución mental de que nos hallamos
ante una
única salida
es la idea-fuerza que ha impregnado la gestión tanto de las
situaciones de emergencia económica como de la excepcionalidad políti-
ca global. En el plano económico ha legitimado el traslado de poderes de
la instancia legislativa a la gubernamental — con las consiguientes formas
legales de excepción para gestionar la crisis — y ha sido funcional a la sus-
pensión del flujo de crédito a los países endeudados y a la especulación
con los intereses que han de pagar éstos. En el plano de las relaciones
internacionales, ha sido la palanca ideológica para una restricción general
de las libertades.
Parece trazarse así una
nueva normalidad
liberada de las constriccio-
nes garantistas del estado constitucional de derecho, de la que resulta difícil
recomponer coherentemente las ideas de soberanía y derecho. Y ello hace
más urgente que nunca la resistencia por parte de lo que queda de refrac-
tario a estos procesos, tanto en el interior del estado, como fuera de él.