

R. EMERJ, Rio de Janeiro, v. 19, n. 76, p. 17 - 29, out. - dez. 2016
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ción estatal sea crecientemente valorada en términos de su eficacia en la
creación de empleo o en la contención de la inflación, y no por su capa-
cidad de mantener el sistema asistencialista público —que en el marco
de las viejas políticas keynesianas era percibido como salario indirecto—.
Así, la estrepitosa crisis del PT en Brasil tras 30 años de legislatura, o la
crisis aguda de la socialdemocracia europea, pondrían de manifiesto que
las políticas distributivas dependientes de un crecimiento económico sos-
tenido, a menos que vayan acompañadas de una movilización fuerte de
base que mantenga politizado al segmento trabajador mayoritario, están
condenadas al fracaso en el momento en que se produce una recesión.
En este sentido, Brasil está reproduciendo el caso español del perio-
do anterior a la crisis de 2008, donde se extendió la falsa consciencia de
un bienestar económico duradero sobre la supuesta estabilidad del ciclo
expansivo de la economía, con la consiguiente confianza en la movilidad
social ascendente basada en el endeudamiento y en el consumo (condi-
ciones que explican, por un lado, que la deuda privada brasileña se haya
multiplicado muy por encima de la pública
10
y, por otro, el aumento expo-
nencial de la corrupción
11
). La progresión intensa del mercado hipotecario
en ambos países ha simbolizado este proceso de financiarización de los
consumidores destinada a elevar la demanda agregada del país, pero con
el elevado riesgo, como se ha visto, de un endeudamiento insostenible
12
.
Una de las caras del miedo a la crisis es la violencia. El malestar
social por la evolución de la economía, en condiciones de debilidad del
experimentalismo democrático de la ciudadanía, tiende a expresarse en
actitudes violentas, como queda plasmado en el ascenso de la extrema
derecha en Europa o en la brutalización de las relaciones sociales en Bra-
sil
13
. Un buen caldo de cultivo para las derivas autoritarias de los estados.
Si observamos el viraje que en el mismo sentido está teniendo lugar en
10 Cuyas nocivas consecuencias se ven ahora en el Brasil en recesión, con un crecimiento del 31% de quiebras sólo
en el primer bimestre de 2016 en comparación con el mismo bimestre de 2015, o con una caída del 5,2 % en la
facturación de las empresas de ventas al por menor en 2015 (LIASS, Paulo.
"O estrago generalizado".
Carta Maior,
ed. digital, 27.04.2016).
11 Un dato muy revelador del problema es que dos semanas antes de la gran manifestación contra el gobierno Rous-
sef del 12 de marzo de 2015 la policía federal brasileña desbaratara un intento de evasión de impuestos por grandes
grupos empresariales y financieros con un perjuicio estimado para el tesoro público de R$ 19 billones, más del triple
de las pérdidas por corrupción estimadas en la operación Lava Jato (SANTOS, William. "O DNA da corrupção".
Caros
Amigos
, nº 218, maio 2015, p. 24).
12 LORENTE, Miguel Ángel y CAPELLA, Juan Ramón.
El crack del año ocho. La crisis
.
El futuro
. Madrid: Trotta, 2009.
13 SINGER, André.
"Soluçao à esquerda".
Entrevista de A. Nabuco, L. Primi y L. Rodrigues.
Caros Amigos
, nº 220,
julio 2015, p. 28-32.