

R. EMERJ, Rio de Janeiro, v. 19, n. 72, p. 82 - 92, jan. - mar. 2016
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mujeres siguen siendo consideradas las culpables de sus propias muertes,
porque no denunciaron, porque no decidieron separarse.
El énfasis en las muertes de las mujeres también es un elemen-
to complejo. No solo tiene que ver con el efecto simbólico de pensar en
las mujeres como “víctimas totales”, sino también en que la información
masiva y estereotipada sobre femicidios/feminicidios en los medios de
comunicación puede contribuir a aumentar el miedo a las mujeres y tam-
bién la subordinación de las mujeres. Muchas mujeres son amenazadas
de muerte con los noticiarios: aparece la noticia de un asesinato de una
mujer por su marido y su marido le dice “presta atención”.
También, en este sentido, el énfasis en los femicidios/feminicidios
hace que las múltiples violencias no letales que sufren las mujeres sean
menos visibles, la violencia contra las mujeres en el discurso público es el
feminicidio, y la violencia sexual, y el acoso sexual, la violencia psicológica,
otras formas de violencia, parece que no existieran. Pero también para
los/as fiscales y el sistema de justicia penal es mucho “mejor” tener un
caso de femicidio/feminicidio que un caso de violencia doméstica o fami-
liar. Porque las víctimas de violencia doméstica son “muy complicadas”,
porque están muy angustiadas, en cualquier momento retiran la denuncia
o no quieren seguir, etc. Entonces, para los/as fiscales, ¿cuál es la mejor
víctima? La que ya está muerta. Además es un caso grave, con gran aten-
ción mediática, y una investigación, en general, bastante fácil.
Aunque no hay evidencia de que la tipificación genere ningún tipo
de reducción en los femicidios/feminicidios, en Costa Rica, luego de ser ti-
pificado el femicidio en 2007, se produjo una reducción de estos crímenes
a la mitad, en el año siguiente. Sin embargo, la ley que tipificó el femicidio
en Costa Rica no solo tipificaba el femicidio, sino también muchas formas
de violencia contra las mujeres, como la violencia emocional. Fue una ley
muy cuestionada, política y mediáticamente, lo que le dio mucha visibili-
dad en los medios después de su aprobación, lo que pudo haber incidido
en la reducción de los crímenes. Al año siguiente, sin embargo, se declaró
inconstitucional la norma más utilizada de la ley - la violencia emocional -
y el mensaje mediático fue: esta ley ya no sirve para nada. Y los femicidios
volvieron a los niveles habituales.
Creo que hay muchos desafíos pendientes. Hace falta avanzar mu-
cho en la erradicación de los estereotipos, la comprensión de la violen-