

R. EMERJ, Rio de Janeiro, v. 19, n. 72, p. 82 - 92, jan. - mar. 2016
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los homicidios de mujeres, a partir del año 2007, año en que el Presidente
mexicano Felipe Calderón da inicio a la “guerra contra las drogas”, la tasa
de homicidios de mujeres comienza a aumentar de manera significativa.
En el resto del mundo, y tal como lo señala la Oficina de Naciones
Unidas contra la droga y el delito (UNODC) en las últimas décadas hay una
disminución de las tasas de homicidio a nivel global. Sin embargo, en los
homicidios que se producen en el contexto de la familia y de las relacio-
nes de pareja no hay ninguna disminución.
Este gráfico nos permite
hablar de un incremento relativo
de los asesinatos de mujeres a
nivel global, ya que las mujeres
son las principales víctimas de
los homicidios que se producen
en la esfera de las parejas y de
las familias. Entonces, mientras
los homicidios en general se
reducen, los cometidos contra
mujeres se mantienen sin dismi-
nución. Esto podría llevar en el
futuro, por ejemplo, a que sigan
disminuyendo los demás homi-
cidios y que los homicidios en el
ámbito de la pareja se mantuvie-
ran constante y serían cada vez una mayor parte del total de homicidios.
Ha habido también factores políticos que han favorecido la tipifi-
cación del femicidio/feminicidio. Primero, que el femicidio/feminicidio
ha hecho que cambie la percepción pública sobre la violencia contra las
mujeres. La violencia contra las mujeres se ha considerado siempre como
algo “no realmente grave”, y la denuncia del femicidio/feminicidio hacen
evidente que esta violencia tiene consecuencias muy graves. Por primera
vez, la violencia contra las mujeres es tomada en serio por las autoridades
públicas y el sistema de justicia. Mientras, por ejemplo, hasta hoy, en todo
el mundo, las víctimas de violencia sexual, que son principalmente muje-
res y niñas, son cuestionadas en su calidad de víctimas. Se dice que real-
mente no son víctimas, se pone en cuestión su credibilidad. En cambio las
víctimas de femicidio, esas sí que son víctimas, ¡porque están muertas!