

R. EMERJ, Rio de Janeiro, v. 19, n. 72, p. 82 - 92, jan. - mar. 2016
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Así, en los primeros años de denuncia del feminicidio en México
y Centroamérica el énfasis estaba puesto en la responsabilidad del Esta-
do, una noción muy importante en Latinoamérica, que se encuentra en el
centro de todo el desarrollo de los derechos humanos en este continente.
Los conflictos armados y las dictaduras en gran parte del continente en la
segunda mitad del siglo pasado, han hecho que el uso del marco de los de-
rechos humanos - y la responsabilidad del Estado - sea parte de la práctica
y discurso del activismo latinoamericano.
Marcela Lagarde sostenía que el feminicidio era un crimen del Es-
tado. Un crimen que no solo ocurre en el contexto del patriarcado, sino
que además ocurre en el contexto de la ausencia de un Estado de Dere-
cho. Atendido que los derechos de las mujeres no se garantizan, no hay
un Estado de Derecho. Y en este contexto es donde ocurre el feminicidio.
Sin embargo, no todo el activismo feminista latinoamericano ha se-
guido esta definición. En varios países latinoamericanos el elemento de
la responsabilidad del Estado no ha sido considerado como un elemento
central de estos crímenes. Estos son los países que hablan de femicidio en
general, como el asesinato de mujeres por razones de género.
Ahora bien, como he apuntado al comienzo de esta presentación,
uno de los factores fundamentales para comprender el proceso de tipifi-
cación del femicidio/feminicidio en Latinoamérica, es la elevada coordina-
ción del movimiento feminista en el continente. Desde la década de 1980
existe en Latinoamérica lo que se llaman Encuentros Feministas Latinoa-
mericanos y del Caribe, que se realizan cada tres años. Estos Encuentros,
además de permitir la coordinación de iniciativas a nivel continental, han
dado lugar a diversas redes latinoamericanas, por ejemplo, la
Red Latinoa-
mericana para la Educación Popular entre Mujeres
, la
Red Latinoamerica-
na de Salud de las Mujeres,
etc. En la década de 1990 se creó también la
Red contra la Violencia Doméstica y Sexual
, que ahora se llama
Red Vio-
lencia Contra las Mujeres
, que comenzó a coordinar las acciones a nivel
del continente.
En el contexto de la denuncia en torno al femicidio en el continente,
ya en el año 1999 en Costa Rica, que era uno de los países más activos en
la
Red Contra la Violencia Doméstica y Sexual
a nivel latinoamericano, se
presentó la primera iniciativa de ley que contemplaba tipificar el femicidio.
En el año 2001, cuando ya eran ampliamente conocidas las denun-
cias de feminicidios en México, nació la campaña latinoamericana “Ni una