Background Image
Previous Page  74 / 224 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 74 / 224 Next Page
Page Background

R. EMERJ, Rio de Janeiro, v. 19, n. 72, p. 66 - 81, jan. - mar. 2016

74

Consejo de Europa de 19 de mayo de 2000) pasando a ser una especie de

atributo de la condición de mujeres prostitutas migrantes sin que llegue

a exigirse ninguna prueba de su falta de libertad – o quizás simplemente

de autonomía - para decidirse por el trabajo sexual o por el traslado con

ese fin. Y, en efecto, ¿no son vulnerables, con esa definición, la gran ma-

yoría de las mujeres que, desde realidades inciertas y precarias personal

y económicamente, se trasladan clandestinamente desde las periferias a

las estructuras más desarrolladas del centro mundial o nacional en busca

de recursos económicos para ellas y para su familia – cuya jefatura osten-

tan muchas veces - y para optar por una superior calidad de vida, mejo-

rar sus niveles de ingresos y de autonomía o formar parte de sociedades

más ricas, siempre asumiendo las condiciones de aislamiento, desamparo

y ausencia de derechos en que se insertan cuando llegan y, a menudo,

mientras permanecen en ellas? (Juliano, 2004).

Dejar ese juicio de vulnerabilidad en manos de los tribunales es tan

inseguro como quedar a expensas de su personal ideología. No es fácil

enfrentar los prejuicios “de género” del movimiento abolicionista y liberar

a sus víctimas dentro de ese estrecho espacio normativo marcado por la

legalidad internacional. Por ello son tan relativas las cifras que cuantifican

a las mujeres que sufren explotación sexual y tan inútiles las declaraciones

programáticas y las reiterativas iniciativas políticas que las secundan.

3. ALGUNAS CONSECUENCIAS PERVERSAS DE LAS POLÍTICAS

OFICIALISTAS CONTRA LA TRATA

En un último documento de la Unión Europea acerca de las “Es-

trategias para erradicar la trata de seres humanos” durante el periodo

2012-2016, la Comisión recoge el dato de que las víctimas de explotación

sexual representan un 79% de los 20,9 millones de seres humanos que

son objeto de trata a nivel mundial, al tiempo que reconoce la dificultad

de detectar a esas víctimas y la necesidad de sensibilizar a la sociedad

civil acerca de la prioridad de reducir la demanda de uso de los servicios

que ellas prestan o criminalizarlas en su caso y de animar a los Estados

a perseguir más activamente a los traficantes ante una realidad tan sor-

prendente como la que revela que el número de casos enjuiciados y de

condenas es muy bajo y sigue descendiendo en la totalidad de los países.

No se entiende. Si se hiciera un repaso de las masivas iniciativas

internacionales que, en poco más de un siglo, han abordado (parece que