Background Image
Previous Page  327 / 590 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 327 / 590 Next Page
Page Background

R. EMERJ, Rio de Janeiro, v. 18, n. 67, p. 317 - 329, jan - fev. 2015

327

por eso no existe la serenidad suficiente para construir un discurso estraté-

gico desde lo público y desde la dimensión normativa de la política, que sea

capaz de regenerar la democracia. Estamos en una situación de tensión, en

la que es necesario construir hegemonía democrática frente a la hegemonía

neoliberal de los monopolios globales y sus lobbies financieros

12

.

Por ello, dar cauce adecuado a la protesta social es uno de los re-

tos inmediatos. La represión y criminalización sin más, no es la solución. La

esencia de la democracia reside en la capacidad de disenso que tienen los

ciudadanos, incluyendo todas las opciones posibles. Las nuevas protestas

sociales reclaman una democracia desde la diversidad, desde la calle y des-

de una economía sostenible. Uno de los grandes retos políticos del siglo XXI

está en gestionar satisfactoriamente las emociones difusas y las demandas

expresivas de reconocimiento, igualdad e inclusión social que alientan los

diferentes tipos de protesta social en las calles y desde las calles.

De momento, las opciones autoritarias y represivas de la protesta

social reflejan un claro estado de ánimo: no se quiere que la calle sea un

espacio democrático de ejercicio de derechos de ciudadanía. Al contrario,

se pretende convertir la protesta social en un conflicto policial, llegando

incluso a intentar la

militarización

de los conflictos sociales. En España, el

desafío del nuevo sistema de penas y medidas de seguridad, recogidas en

el anteproyecto de

Ley para la Protección de la Seguridad Ciudadana

, abre

un futuro incierto para las libertades y para la democracia. ¿Implica esto,

que se está legislando por encima del Estado de Derecho? ¿O, incluso, con

este tipo de legislación no se estaría creando un problema donde no lo hay?

No son leyes para resolver, sino para provocar. Este tipo de leyes son

innecesarias

, a mi juicio, porque no existe ninguna demanda social que las

justifique, sino todo lo contrario, están siendo utilizadas como instrumentos

de lucha ideológica por los gobiernos autoritarios., con el fin de asustar a la

ciudadanía. Es su respuesta ante la actitud bastante ejemplar de una

ciuda-

danía indignada

, que lleva años soportando medidas de austeridad econó-

mica, de recortes de derechos, de bajadas salariales junto con escándalos de

corrupción política y económica. En definitiva, esta es su manera de asentar

las bases del autoritarismo antidemocrático, criminalizando los conflictos

socioeconómicos y convirtiéndolos en cuestiones de orden público.

12 Actualmente, los lobbies financieros tienen más poder que los gobiernos. Son los instrumentos de los que se

valen los grandes bancos y firmas financieras para presionar a los gobiernos en defensa de un sistema financiero

inestable pero que les beneficia, sin una regulación que prevenga sus riesgos, y que en gran medida no sirve a la

economía productiva y la creación de riqueza. Cfr. Juan Hernández Vigueras,

Los lobbies financieros, tentáculos del

poder

, Clave Intelectual, Madrid, 2013.